El accidente mortal que destruyó Hanoi Rocks...

Antes de que un fatídico accidente de coche pusiera un trágico e inoportuno fin a la carrera de Hanoi Rocks, la banda iba camino del Olimpo de la fama... En diciembre de 1984, irrumpiendo en una aburrida escena rockera contaminada por el nuevo romanticismo vacío y el rigor del post-punk, los cinco matones sónicos impregnados de glamour Hanoi Rocks estaban a punto de entrar en el...

Tras conseguir finalmente un acuerdo con la gran discográfica CBS, la banda acababa de publicar su quinto y más seguro álbum de estudio glamuroso hasta la fecha, Two Steps From The Move. Y mientras el segundo single del mismo, Underwater World, se arrastraba por las listas de éxitos, Hanoi Rocks se preparaba para su primera gira por Estados Unidos.

Las condiciones previas a la tragedia...

En la sombría y monocromática depresión de mediados de los 80, Hanoi Rocks parecía un destello brillante y abrasador. Su reputación como banda de directo era impresionante... Japón ya había caído a los pies de los Hanoi Rocks, y parecía que Estados Unidos les seguiría. La MTV rebosaba de vídeos musicales de los cinco miembros del glamour, las entradas para sus conciertos se vendían a la velocidad del sonido y hasta el mismísimo Andy Warhol esperaba con ansia su fiesta de bienvenida en Nueva York...

Todo parecía ir sobre ruedas. Pero pronto ocurrió algo de lo que Hanoi Rocks nunca pudo recuperarse...

La fractura de Michael Monroe...

Curiosamente, muy a menudo la cadena de acontecimientos más catastróficos puede ponerse en marcha por un factor que parece pequeño e insignificante...

En uno de los primeros conciertos de la malograda gira americana en Siracusa, una botella de cerveza se cayó de la parte superior del amplificador del guitarrista Andy McCoy. Su contenido se derramó sobre el lado derecho del escenario... Momentos después, el vocalista Michael Monroe saltó por allí, se deslizó sobre el charco y... se rompió el tobillo. Hay que reconocerlo: Monroe terminó el espectáculo antes de que lo llevaran al hospital.

Tras un diagnóstico erróneo de "esguince grave", la gira continuó con cuatro conciertos más: Toronto, Detroit, Chicago y Cleveland. Monroe, ahora en constante agonía, acabó buscando ayuda de otro especialista. Finalmente, ¡se descubrió que el vocal tenía una fractura! Le pusieron una escayola, lo que obligó a la banda a tomarse un descanso.

La insaciable pasión por la fiesta de Hanoi Rocks les llevó inevitablemente a la órbita de la banda de Los Ángeles Mötley Crüe. El batería de Razzle conocía vagamente al vocalista de Crüe, Vince Neil... Aunque las dos bandas nunca fueron las más amigas, sí tenían un insano apetito por la autodestrucción. Así que no es de extrañar que tan pronto como el coche de gira de los Hanoi Rocks -descarrilado temporalmente- llegara a Los Ángeles, Mötley Crüe organizara una improvisada fiesta de bienvenida para sus colegas del glam.

Y mientras Monroe estaba en su habitación de hotel, McCoy, Razzle, Jaffa y Nasty Suicide se fueron a una gigantesca juerga de los Crüe que estaba destinada a terminar en un desastre absoluto...

El trágico accidente, la muerte de Razzle...

Según los escasos recuerdos de los presentes, unos tres o cuatro días después del inicio de la fiesta, es decir, la noche del 8 de diciembre, se agotó el suministro de alcohol. Se planteó la cuestión de comprar más alcohol. Vince Neil, muy embriagado (y no sólo por el alcohol), pero con ganas de lucir su flamante Ford Pantera 72 rojo, se dirigió a la tienda con Razzle como pasajero.

Después de casi una hora, Andy McCoy se preocupó porque la pareja aún no había regresado... Junto con el jefe de ruta del grupo, emprendió el camino caliente... En el camino pasaron por un accidente de coche, no muy lejos de la casa de Neil en Redondo Beach. Segundos después, cuando cayeron en la cuenta, volvieron al lugar y encontraron a Vince siendo interrogado por la policía y el cuerpo inmóvil de Razzle siendo cargado en una ambulancia...

Al parecer, poco después de salir a las 18:38, Neil perdió el control en la carretera mojada, conduciendo alrededor de un camión de bomberos parado a 65 mph. Su Ford Pantera se desvió entonces hacia el tráfico en sentido contrario y fue golpeado por otros dos vehículos...

Vince Neal se salvó milagrosamente de sufrir lesiones graves (sólo costillas rotas y pequeños cortes en la cara), pero Razzle fue declarado muerto...

Neil fue llevado a una comisaría de policía donde fue inmediatamente detenido por conducir bajo los efectos del alcohol y por homicidio involuntario.

Tras ser condenado en julio de 1985, el cantante fue puesto en libertad con una fianza de 2.500 dólares. Sólo estuvo 20 días en prisión. Se le ordenó pagar 2,6 millones de dólares de indemnización a las víctimas, trabajar 200 horas de servicio comunitario y asistir a conferencias... Y eso fue todo. La vida de un prometedor batería, el destino de toda una banda, se valoró en 20 días y 2.500 libras...

Hanoi Rocks sin Razzle

El día de este trágico accidente, el 8 de diciembre de 1984, marcó el primer día de la Semana Nacional de Concienciación sobre la Conducción en Estado de Ebriedad en Estados Unidos. La lectura de alcohol en sangre de Neil era de 0,17, muy por encima del límite legal de 0,10. Para empeorar las cosas, ni él ni Razzle llevaban el cinturón de seguridad aquella malograda noche...

¿Y la banda? Por desgracia, incluso después de todos estos años, los miembros restantes de Hanoi Rocks no pudieron recuperarse de lo ocurrido. Su ilustre carrera ya no se cuestiona. La muerte de Razzle fue el final de todo lo que habían estado trabajando...

"Me había limpiado por completo e íbamos a trabajar duro. Algunos tenían una actitud diferente ante todo el asunto: para ellos era una fiesta, una fiesta, y otra fiesta hasta caer... La mayoría era Nasty y Razzle. Recuerdo que Zappo, nuestro gerente, le dijo a Razzle: "¡Te vas a matar si sigues de fiesta así!" Y recuerdo a un Razzle borracho que le escuchaba en silencio y luego le miraba y decía: "Sabes, no me importa si muero o no. Sólo tengo que llegar a Los Ángeles". Y llegó a Los Ángeles. El sueño americano se había hecho realidad, maldita sea..." - recordó Andy McCoy diecinueve años después de aquel fatídico día...

 

"...Aproximadamente un mes antes de que muriera, vimos una foto de un coche destrozado: habían muerto personas por exceso de velocidad. Era como un sombrío presagio que se parecía a la escena del crimen... ¿Por qué? Porque, maldita sea, ¡fue un crimen! No sólo murió Razzle, sino que dos jóvenes quedaron lisiados. Y este tipo estuvo en la cárcel durante 20 noches y se salió con la suya". - comentó Andy McCoy.

Decir que existe una feroz antipatía entre Andy y Vince es no decir nada. En el fondo hay una imperdonable falta de remordimientos:

"Nunca se disculpó..."

 

"...Tiene miedo de mí. Cada vez que me ve, huye. Pero eso no es lo importante para mí. Hay ciertos valores morales y cosas que hay que respetar. Los otros chicos de Mötley Crüe se disculparon, aunque no hicieron nada malo. Estaban tan enfadados con él que casi se separan el mismo día como banda. Sí, podríamos haber demandado y obtener millones, pero yo estaba en contra. He dicho: "¿Cómo diablos podemos ponerle precio a un hermano, a un familiar? El dinero por sí solo no es suficiente... Que viva con ello, el karma le alcanzará tarde o temprano..."

Mucha gente no cree en el karma, pero si se estudia la biografía de Vince Neil, no se puede evitar pensar en ello... Los primeros años de la década de los 90 fueron el periodo más difícil del músico. Un escándalo con Mötley Crüe, el divorcio de su mujer y... la muerte de su pequeña hija Skylar. Se descubrió que la niña tenía un tumor canceroso en el abdomen. Los médicos lucharon por la vida del bebé durante cinco meses. En un momento dado, todo el mundo pensó que la enfermedad había desaparecido. Pero tres días después de la última operación para extirpar el tejido canceroso del único riñón que le quedaba, Skylar falleció... Tras su muerte, Neil se fue de juerga.

Esta fatídica tragedia, en la que Razzle murió y los dos pasajeros del otro coche sufrieron lesiones cerebrales, fue una de las escenas clave de la película Dirt.